El jugador baskonista se muestra contento de retomar el trabajo y reencontrarse con jugadores y staff aunque en circunstancias extrañas debido al estricto protocolo de seguridad en la vuelta a los entrenamientos.
63 días después del último entrenamiento oficial, KIROLBET Baskonia regresó ayer a los entrenamientos en BAKH. Después de dos meses, de manera individual y bajo estrictas medidas de protección, jugadores y cuerpo técnico volvieron a verse las caras sin una pantalla de ordenador como filtro. “Lo mejor son las sensaciones de volver a ver a mis compañeros, los entrenadores, volver a coger la rutina diaria”, ha explicado el jugador tras la segunda sesión de trabajo. Durante este tiempo, son muchas cosas las que se echan de menos, “el día a día, estar con los compañeros, lo viajes, el poder enfrentarte a los mejores equipos… todas esas sensaciones que no valoras en el día a día”, ha manifestado.
El equipo trabaja bajo un protocolo de higiene y seguridad que “se hace un poquito extraño, no me esperaba tanto control” pero “se agradece tener esa seguridad a la hora de entrenar”, ha asegurado. Cada día “nos toman la temperatura y tenemos que desinfectarnos antes de estar en la pista. Después entramos con la parte física, con carrera contínua, algo de pesas y luego sobre todo un gran volumen de tiro, que creo que es lo que necesitamos ahora. Volver a coger contacto con el balón”, ha explicado el baskonista, que después de más de sesenta días, “pensaba que estaría un poquito más fallón pero bien. Lo que están fallando son las piernas y el ritmo”, ha confesado.