La mareal azulgrana vuelve a ser la gran triunfadora del torneo y se lleva los elogios de todo el mundo del basket.
Que la afición baskonista es lo mejor de la Copa no es algo nuevo. El club vitoriano cuenta con una hinchada sobresaliente, que este año en Madrid ha vuelto a dejar huella.
El efecto de la marea azulgrana asombra y contagia a todo el que se cruza con ella. Los azulgranas han dado una lección de fidelidad, animando de manera incondicional y con deportividad en la derrota, que ha suscitado admiración de propios y extraños.
Esta edición en Madrid, tras la local, la baskonista ha sido la afición más numerosa, con más de 2.000 seguidores desplazados. Una fiel masa de aficionados que se han vuelto a dejar al alma y la voz apoyando al equipo y se han hecho notar en la capital. A pesar de la derrota en cuartos, los canticos en el Wizink y por sus alrededores, así como por las calles del centro de Madrid no cesaron.
Símbolo de fidelidad y amor por unos colores, la afición azulgrana es especial y merece un gran aplauso y reconocimiento.