La hinchada baskonista volverá a resultar clave, como ya lo fue en la noche de ayer, para que los pupilos de Velimir Perasovic traten de poner el 2-0 en la eliminatoria
Tras la resaca del primer partido del Playoff en el que Laboral Kutxa Baskonia mostró sus credenciales de cara a una posible Final Four, el equipo ya se conjura para intentar lograr el segundo punto en su casillero de la serie.
Una segunda victoria facilitaría las cosas ante el próximo encuentro que los azulgranas tendrán que disputar la semana siguiente en Atenas en el que le espera un abarrotado OAKA que ya ha colgado el cartel de “Sold Out” para ese tercer encuentro. Es por ello, que la entidad azulgrana, tras el gran espectáculo vivido ayer en el Buesa Arena en el que equipo y afición mostraron ser uno, quiere volver a demostrar que su cancha es esa donde el equipo ha ganado todos los partidos de la Euroleague, excepto uno, gracias al aliento de los más de once mil aficionados que cada noche han abarrotado las gradas del coliseo baskonista.
La batalla que disputarán mañana los Bourousis, Bertans y compañía no tendrá nada que ver con la de ayer. Los de Djordjevic, conscientes de que una derrota les dejaría al borde del K.O., tratarán de imponer un juego más agresivo y saldrán “con el cuchillo entre los dientes” para lograr igualar la eliminatoria. Es por ello, que los jugadores azulgranas deberán sobreponerse al derroche físico desplegado anoche y volver a hacer frente a todo tipo de adversidades y piedras que se han ido encontrando por el camino, para ampliar su ventaja en la serie. Unos problemas para el que tienen un arma infalible, el apoyo incondicional de una afición que ayer llevó en volandas a un equipo que demostró carácter y calidad a raudales.