El canterano gallego regresa tras su cesión en Alicante, en donde ha trabajado cada día para mejorar, con la ilusión de quedarse en Vitoria en el futuro
Carlos Martínez, canterano baskonista, ha regresado a Vitoria tras pasar una temporada cedido en Lucentum Alicante. Un equipo que ha militado en LEB Plata y que quedó apeado de los Playoff a las primeras de cambio ante Tarragona. Una temporada en el que, como en todos lados, ha tenido sus “cosas positivas y negativas” pero que, a pesar de ello, el gallego valora “de forma positiva como jugador y como persona”. “No ha sido quizá a nivel de conjunto el año que esperábamos, ha habido alguna dificultad, pero al final hemos caído en los Playoff contra pronóstico”, ha comentado. A pesar de no conseguir el objetivo con Lucentum, Martínez ha asegurado que en el plano personal ha trabajado “cada día intentando mejorar”.
Una situación “extraña y dura” la de Lucentum Alicante ya que, como ha manifestado Carlos Martínez “veníamos de una racha muy buena a final de temporada y todo apuntaba a que íbamos a hacer un gran papel en Playoff”. Una eliminatoria donde la escuadra alicantina cayó en el primer partido de la serie y que, como ha declarado el canterano azulgrana, “en cuestión de tres días estábamos fuera y en nuestra casa”, ya que también cayeron en el segundo partido del que quedaron eliminados.
Ahora, Carlos Martínez vuelve a la que es su segunda casa, Vitoria-Gasteiz, en la que espera quedarse definitivamente aunque, como ha señalado, “es algo que no depende sólo de mi opinión”. Por ello, el gallego ha dicho que va “a seguir trabajando con la misma ilusión y con las mismas ganas” para que “algún día pueda ser”. El canterano se caracteriza por ser una persona con los pies en el suelo y es por eso que no quiere mirar más allá que en el día a día como ha señalado: “No soy una persona que se marque objetivos a muy largo plazo porque, si no, no disfrutas del camino”. Una mentalidad que le hace exprimir al máximo el juego que practica, el baloncesto, y que espera ofrecérselo muy pronto a la hinchada azulgrana ya que, como ha destacado, “sería un sueño por el que estás trabajando tantos años”.
El baskonista también se ha acordado de “los mayores” que están consiguiendo algo que “nadie o muy poca gente lo esperaba”. Además, Martínez ha asegurado haber “disfrutado un montón viendo al equipo” donde tiene numerosos amigos, como Ilimane o Mamadou, que le han mantenido al corriente de los éxitos cosechados hasta el momento. Tanto es así, que Carlos Martínez ha manifestado que “es un orgullo formar parte de este club que está donde se merece». Ahora, el primer equipo está a punto de disputar el torneo más prestigioso del baloncesto continental al que solo llegan cuatro elegidos. Una Final Four en la que, como ha señalado el canterano, “no hay ningún favorito”. “Todos los años hay sorpresas, cada año gana alguien que en teoría no tiene que ganar, o que la gente dice que no tiene que ganar. Yo no creo en los favoritos y menos a un partido donde todo puede pasar. Ojalá estemos hablando dentro de poco de que Fenerbahce no era tan mal rival”, ha declarado.
De primeras, a Laboral Kutxa Baskonia le ha tocado bailar con la más fea, Fenerbahce. El conjunto turco ha llegado a la fase final de manera imperial, mostrándose muy sólido durante toda la Euroleague. La clave para meter mano al todopoderoso equipo que dirige Obradovic es, para Carlos Martínez, “jugar como lo están haciendo este año, disfrutar jugando, porque lo están haciendo”. Una virtud, la de disfrutar jugando, que se ha extendido de la cancha a la grada y que, como ha asegurado, “es una gozada verles jugar”. ¿Será el gallego uno de los miembros del roster en la próxima Final Four que dispute Baskonia? Quien sabe, lo que sí está claro es que para Carlos Martínez sería “un sueño” y, de alguna manera, poder “devolver al club y a Vitoria todo lo que hacen por mí cada día”.