El base argentino retoma el trabajo en cancha después de superar su lesión de hombro y encara con optimismo el tramo final de campaña.
“No puedo sacarme la sonrisa de la cara”. Vildoza vuelve a sonreír. Después de 5 meses sin tocar un balón de baloncesto, debido a una lesión de hombro que le obligó a pasar por quirófano el pasado mes de febrero, el argentino ha vuelto a calzarse unas zapatillas y pisar la pista de BAKH. “Necesitaba volver a jugar y volver a sentirme jugador de basket”, reconoce el jugador. Atrás quedan semanas de rehabilitación de un hombro que le ha lastrado buena parte de la temporada. Hoy “me siento bien, no siento dolor”, asegura.
Desde el jueves pasado Vildoza es uno más en la dinámica del equipo, de momento en una fase de entrenamientos de carácter individual. El baloncesto ha vuelto aunque en circunstancias extrañas. El base reconoce que “no me gusta venir solo, extraño el contacto con los chicos, compartir una charla…” pero a pesar de ello asegura estar “disfrutando” de su vuelta a las canchas.