El conjunto baskonista busca una gesta ante el gigante ruso que le lleve a disputar la sexta Final Four de su historia.
Baskonia viaja a Moscú mañana para enfrentarse al gran CSKA de Moscú en los Play Off de la Euroleague. El conjunto moscovita es el favorito en la serie sobre el papel, por plantilla, resultados y por su condición de cabeza de serie que le otorga la ventaja de campo en esta eliminatoria de cuartos. Pero hay ejemplos en la historia baskonista que animan a no dar por perdido nada…
Cuando Baskonia, por aquel entonces Tau Cerámica, llegó a Moscú en 2005 para disputar esa primera Final Four de su historia, pocos apostaban porque el club de una pequeña ciudad del sur de Europa, que comenzaba a destacar en la Euroleague, pudiera derrota al todopoderoso anfitrión de la competición, el CSKA de Moscú. Un equipo que conformaban leyendas del viejo continente como Papaloukas, Andersen o Holden y que partía como claro favorito con todo a favor para alzarse con el título de campeón tras una inmaculada fase regular y un Top 16 en el que solo habían perdido un encuentro.
Pero no contaban con el carácter Baskonia de los Scola, Macijauskas, Calderón o Prigioni, dirigidos desde el banquillo por Dusko Ivanovic, que silenciaron el pabellón local tras un enorme triunfo colectivo basado en una férrea defensa y se hicieron con un puesto para la gran final del torneo, teniendo la oportunidad de ser el primer equipo de la historia de la competición que llegara a una Final Four y la ganara.
Vidal: “Fue increíble ganarle cuando partía como favorito”
El jugador de aquel TAU Cerámica y excapitán azulgrana, Sergi Vidal, asegura que “ese partido, dentro de las Final Four que disputamos, es el mejor recuerdo que tengo”. Además, el jugador catalán rememora aquella gesta que, para él, “fue increíble ganar al todopoderoso CSKA en su casa cuando partía como favorito y colándonos, una vez más, contra todos los pronósticos en una final”.
Recuerdos de una de las noches más grandes de la historia baskonista que puede servir de ejemplo para demostrar que los partidos se ganan en la cancha y que las estadísticas están para romperse.