La escuadra azulgrana caería en la final ante Maccabi en su primera participación en la fase Final de la Euroleague después de eliminar al anfitrión CSKA en semifinales
TAU Cerámica Baskonia alcanzaba por primera vez en su historia una fase final de la Euroleague en el año 2005. Una temporada en la que el equipo que dirigía Dusko Ivanovic no había realizado una buena fase de grupos, con 6 victorias y ocho derrotas, pero de la que se supo resarcir en el Top 16 y en el posterior Playoff que daba acceso a la Final Four. En aquella ocasión, esa eliminatoria por una plaza entre los cuatro mejores de Europa se disputó frente a la Benetton, equipo que le ganara a la escuadra azulgrana en esa primera fase los partidos de ida y de vuelta pero al que, en estos cuartos de final, TAU no daría opción y cerraría por la vía rápida consiguiendo el billete a Moscú.
Allí, en semifinales esperaba el equipo anfitrión, el CSKA. El gigante ruso lo tenía todo a favor para conseguir una nueva Euroleague para sus vitrinas. Pero, para romper los esquemas estaba aquel Baskonia. Una eliminatoria en la que el trabajo en equipo y la defensa azulgranas fueron claves. A ello, habría que sumarle el espectacular partido que firmó Arvydas Macijauskas. El lituano, uno de los jugadores que dejó su huella en la historia de Baskonia, firmó 23 puntos y 29 de valoración para liderar a su equipo hacia una victoria en la que dejaría fuera al equipo organizador de la Final Four, CSKA, al que derrotaría por 78-85. TAU Cerámica, además de haberse plantado en la fase final de la Euroleague por primera vez, llegaba al último partido con opciones de ser el primer equipo de Europa en llegar a una Final Four por primera vez en la historia y ganarla.
En la gran final esperaba el todopoderoso Maccabi Elite. El conjunto israelí venía de eliminar en semifinales a Panathinaikos bajo la batuta de un joven Sarunas Jasikevicius que competiría cara a cara con un Macijauskas que sería el mejor jugador baskonista en esta Final Four con una media de 18 puntos y 21 créditos, a los que habría que añadir la friolera de más de ocho faltas recibidas por partido. El jugador lituano volvió a salirse en una final en la que TAU Cerámica tiró de orgullo y carácter, liderado por un Scola inmenso bajo los aros con 21 puntos, 9 rebotes y 26 créditos de valoración, pero que no valieron a la escuadra azulgrana para hacer frente al poderío ofensivo de los de Israel que acabarían levantando el título de campeones tras vencer por 90-78.
Vidal: «Ese partido, el mejor recuerdo que tengo»
El jugador de aquel TAU Cerámica y excapitán azulgrana, Sergi Vidal, asegura que “ese partido, dentro de las Final Four, el mejor recuerdo que tengo”. Además, el jugador catalán rememora aquella gesta que, para él, “fue increíble ganar al todopoderoso CSKA en su casa cuando partía como favorito y colándonos, una vez más, contra todos los pronósticos en una final”.
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