Los históricos jugadores de Baskonia visitaron el Buesa Arena y compartieron una agradable charla con los aficionados en BAKH
Los campeones de la Recopa del 96 vivieron un día cargado de sentimientos y de emociones. Los históricos jugadores baskonistas comenzaron la tarde, después de reunirse todos en un hotel de la ciudad alavesa, con una visita al actual Buesa Arena. Un coliseo que, después de su última remodelación en el año 2012, muchos de los integrantes de aquel equipo dirigido por Manel Comas no habían tenido la suerte de conocer.
Con Iker González de Garibay como maestro de ceremonias, los Rivas, Nicola y compañía coincidieron con los medios de comunicación que harían la ruta con ellos en la zona mixta del estadio. Ataviados con la bufanza azulgrana, los ex jugadores fueron conociendo las estancias más importantes del gran complejo deportivo. Los vestuarios fueron la primera parada. Allí, los protagonistas coincidieron con el actual jugador de Laboral Kutxa Baskonia, Toko Shengelia, con el que intercambiaron palabras y alguna que otra impresión. Después, Marcelo Nicola se quedó boquiabierto al verse ilustrado cuando levantó el título de la Recopa en un gran mural que adorna una de las salas VIP del Buesa Arena. También tuvieron tiempo para conocer la actual sala de prensa, en esta ocasión, ellos no recibirían las preguntas y ocuparon los sitios que habitualmente ocupan los periodistas.
En ese momento, la visita llegaría a uno de los “plot point” fue cuando los campeones se encontraron con ella, con su copa. El tour llegaba a la sala de trofeos donde la reliquia de porcelana que levantaron hace 20 años les estaba esperando. Un momento muy especial que trajo a los jugadores innumerables recuerdos de aquella final, que luego serían capaces de trasladar a la hinchada en BAKH, donde un abarrotado restaurante esperaba a los jugadores tras su visita por el estadio azulgrana. Tras volver a fotografiarse con la copa, los protagonistas bajaron a la cancha. Un lugar que desde el palco de autoridades contemplaron en silencio, viendo e imaginándose cada minuto que pasaron en aquella pista. Fue algo mágico. Como mágico fue también ver a Ramón Rivas pidiendo un balón para tirar a canasta. Una iniciativa que fue muy bien acogida por sus compañeros y que dio lugar a un “pique” desde el tiro libre. Al final, unos mejor que otros, pero todos consiguieron encestar.
La tarde de actos continuaría en BAKH, donde los jugadores compartieron otro de esos momentos que a todo aficionado se le queda en la retina. El protocolo no era cosa para Marcelo Nicola y, tirando de espontaneidad, el argentino comenzó a ejercer de moderador consiguiendo arrancar las primeras carcajadas de la tarde para los allí presentes. Cerca de 200 personas escucharon de primera mano cómo fue para ellos conseguir aquel título, las anécdotas, los chascarrillos, entre risas, y con el recuerdo de su entrenador, el sheriff, Manel Comas, que estaba bien representado por su hijo Oriol. Tras una hora de coloquio, los históricos baskonistas pusieron punto y final al día de actos con la tradicional firma de autógrafos. Unas rúbricas que volvieron a demostrar la sinergia creada entre jugadores y aficionados.
Los actos continuaran hoy con el colofón final, el homenaje que le rendirá el respetable azulgrana en el Buesa Arena en los prolegómenos del derbi vasco ante Dominion Bilbao Basket.