El aficionado sigue al equipo al detalle y también ha decidido unirse a la ampliación de capital
Ricardo Bassi es italiano y baskonista hasta la médula. Vive en Gorizia, una pequeña ciudad de unos 35.000 habitantes en el noreste de Italia, en la frontera con Eslovenia, sin embargo, el amor por los colores baskonistas le hacen parecer un vitoriano de toda la vida.
Bassi nos cuenta que su devoción por Baskonia “viene de una larga historia. Tengo pasión por el baloncesto y mi amor por Baskonia nació a través de una amistad. Desde la Final Four de Praga en 2006 hice amistad con unos cuantos aficionados de Baskonia con los que mantuve contacto a lo largo del tiempo”.
El aficionado italiano cuenta que su “primer flash fue la gran celebración realizada por los aficionados fuera del Palasport de Praga antes de la semifinal ante el Maccabi, con música y cánticos”. Estuvo en un partido del Baskonia en Treviso en otoño de 2003 y recuerda que fui golpeado por el carácter del equipo. Además le volvió a ocurrir viendo la semifinal Final Four de 2005 en la tele contra el CSKA de Moscú en el que volvió a vibrar con la garra del equipo.
Ricardo explica que su amor por estos colores ha ido creciendo a lo largo de los años y cree que la del Baskonia “es la afición más grande de todas”.
Este aficionado muestra sus colores allá por donde va y ya conoce Vitoria. “En 2009 me fui a las fiestas de la Virgen Blanca del 4 al 6 de agosto, siendo parte de la cuadrilla Bereziak, desde ese momento he vuelto a la ciudad tres veces más”. La ciudad le gusta porque es “moderna y a medida del hombre, la gente es muy amable, aunque el tiempo un poco menos”, puntualiza.
Lo tiene claro este baskonista en la diáspora. «Lo que le enamoró de Baskonia es el “carácter ganador del equipo, pero sobre todo la alegría y la honestidad de los aficionados”. Ricardo tiene muy buena relación con los miembros de la txaranga baskonista que siempre “le han hecho sentir como un mimbro más de esta gran familia” y que tienen mucho que ver con su sentimiento por el equipo y el Club.
Rememora un momento especial de su historia con los azulgranas y explica que “sin duda, me quedo con la canasta de Fernando San Emeterio para ganar la Liga. Lo viví en mi sofá viendo el partido en mi equipo, cuando Fernando hizo la canasta y el tiro libre definitivo pegué un salto de altura y mi esposa me preguntó si estaba loco”.
También ha vivido momentos malos con el equipo y se acuerda de dos. “la semifinal de Euroleague en 2008 y el partido de Copa del Rey frente a Valencia cuando tuvimos el partido controlado durante todo el tiempo”.
1.700 kilómetros separan su ciudad de la capital alavesa pero aun así Ricardo Bassi sigue con atención cada paso del equipo. “En alguna televisión italiana he podido seguir partidos de ACB y también partidos de Euroleague. Además suelo consultar información en twitter y en medios de comunicación de allí”. Si no se entera de algo, cuenta con la información de móvil con sus compañeros vitorianos y allí, en su tierra natal, ya ha traspasado su afición a alguno de sus amigos.
Para Ricardo Bassi Baskonia se ha convertido en “un buen equipo para apoyar”. Además de haber venido al Fernando Buesa Arena a apoyar a su equipo, Ricardo viajó el pasado febrero hasta Málaga para ver la Copa del Rey.
A pesar de estar a tanta distancia, este italiano lleva a Baskonia en el corazón y además de seguir los partidos ha decidido sumarse a la ampliación de capital. “Estoy feliz de ser capaz de dar un poco de ayuda al club en este momento.”
Bassi explica que para él, Baskonia es “una pasión que envuelve mi deporte preferido, y una manera de mantener el contacto con la gente y amigos”. Añade que el equipo “un símbolo de la ciudad, que le da la oportunidad de estar a la altura de las grandes ciudades europeas”.